miércoles, 23 de noviembre de 2011

La cortarrama peruana: Phytotoma raimondii Taczanowski 1883


Hallazgo de dos nidos activos de Phytotoma raimondii, Tackzanowski, 1883, cortarrama peruana
Mario Rosina y Mónica Romo
Resumen
Dos nidos de Phytotoma raimondii, cortarrama peruana, fueron hallados en la localidad de El Gramadal, distrito de Huarmey, Provincia de Huarmey, Departamento de Áncash. Ambos nidos estaban en arbustos de Grabowskia boerhaaviaefolia palo negro. Uno de ellos contenía dos huevos y el segundo dos pichones de unos diez días a dos semanas de edad. Una semana después, el 14 de abril de 2010 se ubicó muy cerca del segundo nido que ya estaba vacío, a dos volantones que seguían a sus padres. Son los primeros nidos activos reportados que se han encontrado desde 1934.

Phytotoma raimondii Taczanowski 1883, la cortarrama peruana, (Passeriformes, Cotingidae) es una especie endémica y de distribución restringida a la costa norte del Perú, desde el departamento de Tumbes hasta el departamento de Áncash, y hasta los 300 m de altitud (Schulenberg et al. 2010). Esta especie está en peligro de extinción debido sobre todo a la pérdida de su hábitat, más aún, no se había encontrado un nido activo desde 1934 (Flanagan & Millen 2008), aunque Pollack (2009) encontró un nido vacío en Virú, La Libertad, el 31 de marzo de 2009, y Abramonte (2007) refiere haber encontrado indicios de nidos en la Quebrada Cerro Prieto en Talara, Piura, en febrero-marzo del 2007.
La presente nota describe los primeros dos nidos activos hallados desde entonces. Uno de los nidos contenía 2 pichones, lo que constituye el primer reporte de este tipo para la especie. Los nidos fueron encontrados en la localidad de El Gramadal, provincia de Huarmey, Departamento de Áncash a 5 m sobre el nivel del mar. La localidad es aparentemente el límite sur de la distribución de esta ave y no está registrada en la más reciente publicación sobre la distribución del Phytotoma raimondii (Flanagan et al. 2009).
El hábitat consta sobre todo de arbustos achaparrados y espinos: Grabowskia boerhaaviifolia (L. f.) Schltdl. (Solanaceae), palo negro; Capparis scabrida Kunth, zapote; Capparis cordata Ruiz & Pav. ex DC., satuyo; Acacia macracantha Humb. & Bonpl. ex Willd., faique; Prosopis pallida (Humb. & Bonpl. ex Willd.)Kunth, algarrobo;  Schinus molle L., molle. El Palo negro es el arbusto predominante en el lugar, mide hasta 3 m de altura y es muy espinoso. Entre noviembre de 2009 y abril 2010, hemos visto varios Phytotoma raimondii comiendo sus frutos.
La población censada de Phytotoma raimondii el 14 de abril del 2010 fue de 25 individuos en 3 ha (15 machos, tres de ellos juveniles y 10 hembras, una juvenil). El lugar donde se encuentra el hábitat del Phytotoma raimondii y por donde se les ve volar tiene aproximadamente 5 ha de superficie. Más allá de esta área, que es sobre todo gramadal, no se les ha visto y tampoco hemos oído sus característicos reclamos. Se realizaron visitas al lugar en los últimos meses del 2009 (29 de noviembre, 28 de diciembre) y los primeros del 2010 (2 de enero,  y el 1, 7, 13 y 14 de abril). Durante estas visitas se buscaba la presencia de nidos y comportamientos de la hembra o el macho que indicaran incubación. El 1 de abril de 2010 se encontró un nido con un huevo (nido 1, Fig. 1) y seis días después (7 de abril) había dos huevos en el mismo nido (Fig. 2).
                               Figura 1. Nido de Phytotoma raimondii con un huevo el 1 de abril de 2010 (foto M. Romo).


                                                 Figura 2. Nido de Phytotoma raimondii con dos huevos el 7 de abril de 2010 (foto M. Romo)
                                                                      
El 7 de abril también se halló un segundo nido (nido 2) con dos pichones bastante desarrollados (Fig. 3). Basados en el estado del plumaje de los polluelos calculamos la edad entre unos 10 a 15 días de nacidos. Este último hallazgo es el primero en ser reportado y documentado. Según lo observado por O.D. Boggs (Flanagan y Millen 2008) y encontrado por nosotros la puesta de Phytotoma raimondii sería de dos huevos.
Los nidos se disimulan muy bien con la planta que los alberga, son amplios y expuestos, de 15 cm de diámetro, construidos El primer huevo era de color celeste claro con manchas marrones, pero los 2 huevos observados luego de 6 días ya tenían un color gris claro. El huevo tenía una longitud de 2,4 cm y un diámetro de 1,8 cm (calculado en base a las fotografías tomadas). Dentro del nido 1 se encontró también algunas hojas de palo negro cortadas, una de ellas cubriendo los huevos y principalmente con ramitas secas de palo negro y molle y se confunden perfectamente con las ramas secas del palo negro. Ambos nidos estaban ubicados a 1,20 m. de altura en dos arbustos de palo negro, situados a unos 70 m el uno del otro. Los arbustos, donde se observaron los nidos 1 y 2, eran achaparrados, uno de 1,60 m de altura por 4 m de diámetro y el otro de 2,5 m de altura x 10 m de diámetro, respectivamente.
El primer huevo era de color celeste claro con manchas marrones, pero los 2 huevos observados luego de 6 días ya tenían un color gris claro. El huevo tenía una longitud de 2,4 cm y un diámetro de 1,8 cm (calculado en base a las fotografías tomadas). Dentro del nido 1 se encontró también algunas hojas de palo negro cortadas, una de ellas cubriendo los huevos y otras tres debajo de estos (Fig. 2). El nido 2 tenía dos pichones en avanzado estado de desarrollo, emplumados y con poco plumón, las plumas caudales eran incipientes y se mostraban aun dentro de sus cañones al igual que en las alas (Fig. 3).
                                                       Figura 3. Nido de Phytotoma raimondii con dos pichones (foto M. Romo).
El plumaje del dorso de los pichones era gris con listas oscuras similar al de la hembra adulta lo que los hace muy crípticos. El 14 de abril encontramos el nido 2 vacío y muy cerca de él, en otro arbusto de palo negro vimos 2 volantones que seguían a sus padres (presumiblemente los pichones que estaban en el nido 2 una semana antes). Tenían el plumaje aún incompleto, con las plumas primarias y secundarias poco desarrolladas y las caudales emergiendo de sus cañones. El color del plumaje de ambos era similar al de los machos adultos sin las características manchas de color rufo excepto en la zona de la cloaca, el iris era oscuro y no amarillo y ya presentaban la típica cresta de los Phytotoma raimondii adultos.
 Las listas pardas del dorso no eran visibles (Figs. 4 y 5). Realizaron vuelos muy cortos de arbusto en arbusto. El reclamo de estos volantones era más corto y menos agudo que el de los adultos. Uno de ellos trató de alimentarse del fruto del palo negro sin lograr arrancarlo de la rama. El día 14 de abril también se logró fotografiar algunos Phytotoma raimondii juveniles (Fig.6).
                      Figura  4.  Volantón  de  Phytotoma  raimondii  (foto  M. Tweddle).

Figura 5. Volantón de Phytotoma raimondii (foto M. Tweddle).

                                          Figura 6. Phytotoma raimondii juvenil (foto M. Tweddle).

En las visitas del 13 y 14 de Abril, los machos se exhibieron mucho menos que en las visitas anteriores, así mismo los reclamos disminuyeron en frecuencia e intensidad, lo que podría indicar la finalización del período reproductivo. El Phytotoma raimondii se encuentra fuertemente amenazado sobre todo por la rápida pérdida de hábitat. En la costa norte del Perú la expansión de los terrenos dedicados a la agricultura es dramática, además existe también la expansión urbana, si a esto se agrega la tala indiscriminada de algarrobos y otras especies leñosas y el sobre pastoreo de cabras en los bosque secos arbustivos, el panorama es preocupante.
Se ha visto que Phytotoma raimondii logra tener éxito reproductivo aun cuando su hábitat sea de pequeñas dimensiones, siempre y cuando la composición y estructura vegetal de este no sea alterada, sin embargo no debe dejarse de lado el riesgo de empobrecimiento genético por endogamia en estas poblaciones pequeñas y aisladas.
Agradecimientos
Agradecemos a Robert Williams quien nos informó sobre el lugar de El Gramadal. A Michael Tweddle por las estupendas fotografías que acompañan el artículo. A Manuel Plenge quien nos facilitó bibliografía. A nuestra asistente Lady Amaro.

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