Fuente: EFE
El hombre desconoce aún gran parte de la riqueza que atesora el Amazonas; en los últimos 10 años se han descubierto 1,200 nuevas especies
WASHINGTON, Estados Unidos, oct 26, 2010.- El hombre desconoce todavía gran parte de la riqueza que atesora el ecosistema del Amazonas, como muestra un estudio de WWF publicado hoy que revela que en los últimos diez años se han descubierto 1,200 nuevas especies, una cada tres días.
"Una vez más se muestra la extraordinaria exuberancia en biodiversidad de una región clave para el planeta", señaló en declaraciones a Efe Francisco Ruiz, jefe de la Iniciativa Amazonía Viva, de la organización ecologista World Wildlife Fund (WWF).
La "hormiga marciana" (Martialis heureka), el loro calvo multicolor (pyrilia aurantiocephala), un diminuto pez que vive en aguas subterráneas (Phreatobius dracunculus) o una rana camaleónica (telmatobius sibirius) son algunos de esos tesoros.
"Las cifras son contundentes y significa que todavía hoy seguimos descubriendo nuevas especies", dijo Ruiz, quien señaló la importancia de cuidar la Amazonía antes de que la acción del hombre impida que nuevas especies sean descubiertas.
Los gobiernos, las ONG's, los científicos y la sociedad civil "tienen que redoblar esfuerzos" para conservar la Amazonía, "ya que alguna de estas plantas podrían tener aplicación farmacológica" y "estamos poniendo en peligro especies", advirtió.
En total, en el informe "¡Amazonía Viva!: Una década de descubrimientos 1999-2009" se incluye 637 plantas, 257 peces, 216 anfibios, 55 reptiles, 16 aves y 39 mamíferos, hasta ahora no detectadas, aunque algunas podrían tener pedigrí prehistórico.
Entre ellas se cuenta la Martialis heureka, apodada la 'hormiga de Marte', por su combinación de características jamás registradas.
Se trata de un sorprendente ejemplar depredadora y ciega, de dos a tres milímetros de longitud, de color pálido, sin ojos pero con unas grandes mandíbulas.
Encontrada en Brasil en 2008, pertenece al primer género nuevo de hormigas vivas descubierto desde 1923 y según su descubridor, el doctor Christian Rabeling, podría descender de una de las primerísimas hormigas que evolucionó en la Tierra, hace más de 120 millones de años.
La interacción del hombre y el medio llevó a los habitantes de pueblo de Río Parzo, en Brasil, a descubrir involuntariamente el pez Phreatobius dracunculus cuando cavaban un pozo y atraparon varios en los baldes para extraer agua.
Desde entonces, esta especie que vive principalmente en aguas subterráneas ha sido visto en otros 12 pozos de los que 20 existen en la región del estado de Rondonia (Brasil).
Por su colorido, destaca el loro calvo, encontrado en localidades de los ríos Madeira baja y alto Tapajos en Brasil, que ha sido registrado como "casi amenazado" debido a que su población, ya de por sí pequeña, está disminuyendo por la pérdida del hábitat.
Otra de las especies más extraordinarias es una rana con una coloración de fuego en la cabeza y contrastadas patas con un estampado acuático encontrada en la zona de Iquitos (Perú) en un bosque primario húmedo de tierras bajas.
Brasil y Perú albergan la mayor parte de la Amazonía, pero en total son ocho países los que comparten la región más rica en biodiversidad del planeta. A ellos se suman Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinam y Venezuela.
Como bioma, la Amazonía abarca 6.7 millones de kilómetros cuadrados, que representa el 45 por ciento de la superficie continental de Suramérica y más de 1.5 veces Europa, dijo Ruiz. Sin embargo, la mayor parte de la región continúa sin explorar.
WWF advierte que en los últimos 50 años el hombre ha provocado la destrucción del 17 por ciento de los bosques tropicales amazónicos, un área más grande que Venezuela o dos veces el tamaño de España.
La organización apunta al rápido crecimiento de la demanda de carne, soja y biocombustible como una de las principales causas de esta transformación, ya que "el 80 por ciento de las áreas deforestadas son ocupadas por pastizales para ganado".
Dado el nivel de desarrollo de algunos países, señaló la necesidad de avanzar en la definición de áreas protegidas, más allá de parques naturales o reservas, que permitan la conservación del medio.
"Reconozcamos la extraordinaria riqueza que está en nuestras manos y que está en riesgo si no aumentamos nuestros esfuerzos para su conservación", subrayó.
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